sábado, 2 de octubre de 2010

DE LOS NUEVOS ESTADOS DEL AMOR


“…la definición romántica del amor – “hasta que la muerte nos separe”- está decididamente pasada de moda, ya que ha trascendido su fecha de vencimiento debido a la reestructuración radical de las estructuras de parentesco de las que dependía y de las cuales extraía su vigor e importancia.[1]

Podríamos decir que un punto importante para que una pareja se forme es el sentimiento de amor que nace en cada sujeto y que mueve la unión de dos personas que quieren estar juntas, Bauman, habla de cómo la experiencia del sujeto que puede ser llamada amor ha variado su nivel, ha cambiado sus estándares, actualmente el amor eterno, lo es en cuanto se vive en su momento, tal vez la contemporaneidad ha modificado el valor del tiempo, los significantes para esta palabra, para este sentimiento.

La unión de la pareja en función del trabajo y la propiedad ya no existe, la prioridad no es encontrar un compañero o compañera de vida, con quien procrear, a quien amar y compartir hasta que la muerte nos separe, hombres y mujeres abren los ojos a una realidad llena de oportunidades y de cosas por hacer antes de pensar en tomar una decisión como esa y por supuesto luego de haberla tomado también.

Pero que es lo que está pasando que aquellos conceptos de amor tan sublimes de tiempos de sabiduría griega hoy ya no calzan para el amor, el amor actual; en aquellos tiempos se hablaba de un andrógino divido cruelmente que va por la vida luchando contra todo en busca su parte faltante, única, especial y hecha específicamente para completar al ser del que fue apartado.

“Sin humildad y coraje no hay amor” dice, Bauman, precisamente ese es el problema, ya que nadie tiene ni el tiempo ni el coraje para entregarse en alma y vida a una relación, para luchar por construir a ciegas ese amor inmortal, el amor se ve en la penosa necesidad de adaptarse al mundo, un amor que hoy solo necesita de una “booty call”[2], un coqueteo, para tener la complementariedad, el placer y dar vida al amado o amada todo en una cuantas horas nada más, en un tiempo donde él o la afortunada no necesitan más que un número celular o una dirección de email para contactarse, ¿quién necesita conocer a sus padres, saber el número de teléfono y la dirección de su casa? Basta con investigar si sus conocidos están dentro de sus amigos en facebook para saber lo suficiente de él o ella, porque al final siempre habrá la opción de bloquearle si ya no quiere verle.

El acto de coraje se limita a ver quién da el primer paso y hablando de humildad, el capital más grande de la fortaleza de papel de este sujeto es su orgullo, un enorme y robusto orgullo que pregona airoso: “Yo no ruego a nadie”. ¿Por qué? Porque hay la certeza que a la vuelta de la esquina habrá otra persona dispuesta a hacer y dar lo que él o la anterior no quiso.

Un desfile de amores breves va quedando en el pasado, son descartados por las nuevas ofertas del placer exactamente como cuando ves una vitrina que muestra el traje o los zapatos que aparecen cada vez que cierras los ojos, los tienes que tener! Y cuando ya los adquiriste no son lo que tú esperabas la chispa se apaga y van a formar parte de cientos de cosas que conservas en el closet hasta la próxima limpieza y renovación, cuando vengan las nuevas colecciones de ropa y calzado.

El amor como una mercancía más se vende en encuentros cuyos objetivos son reunir a un grupo de extraños en micro citas de 5 minutos por reloj en donde si hay chispa entre los dos sujetos que han cruzado sus datos en ese tiempo, es posible llevar un nuevo amor a casa.

Hombre y mujer como pareja contemporánea que ha roto muchos esquemas pasados, derrocando poderes y pensamientos limitantes para acceder a una nueva concepción donde la legitimación no depende del criterio de las instituciones que hasta hoy funcionaban como supervisoras de las alianzas (iglesia, familia, estado) tampoco del capricho de los otros, hoy simplemente es el sujeto como tal quien asume sus vivencias desde la capacidad de elegir las formas o medios de acceder a aquello que constituye el paquete de placer inmediato al alcance de todos.

Estas instituciones también han perdido su solidez y ahora en estado liquido, se vuelven vulnerables, la confianza que daban ya no es la misma, el poder ya no es símbolo de amenaza, de respeto, de impecabilidad y esa es la razón que de los vínculos que se construyen ahora ya no poseen títulos, ni papeles ya no hay sentido en las representaciones de los mismos.

“La modernidad ”sólida” era una época de compromiso mutuo. La modernidad “líquida” es una época de descompromiso, elusividad, huida fácil y persecución sin esperanzas.”[3]

Pero el compromiso después de todo esto aun no ha muerto, aunque lo que haya muerto sea su significación, el compromiso antiguo si se le puede dar ese nombre veía para el futuro a largo plazo en el que se veía asumiendo su papel, hoy el compromiso invita a pensar dos veces porque no es un futuro sino un sin presente, es la renuncia de las demás oportunidades, ¿Y si me caso con ella o él y luego aparece alguien mejor? Ahí es cuando aparece la segunda opción, si me equivoco, me divorcio.

Por supuesto esta brevedad en la vivencia del amor, esta acumulación de experiencias que agrandan el vacio y la soledad del ser, también abre otro camino, es lo que Bauman llama destreza adquirida de “terminar rápidamente y volver a empezar desde el principio” resulta más factible la búsqueda de la ruptura ya que nadie está obligado a continuar donde ya no se siente bien es posible tener una salida mediante el divorcio o la disolución de alianzas hechas en un momento de la pareja o simplemente un prolongado silencio, un voltear a ver para “otro lado”, pues si el sujeto llega hasta allí por libre voluntad cuando se siente bien, es imperativo que salga de este “lazo” cuando ya no sienta bienestar y sobre todo que mantenga abierta esta segunda opción siempre.

Tener una plan B, es una forma de buscar una seguridad, ante todas las amenazas de un mundo exacerbado de opciones, el mundo ha cambiado el sujeto requiere de un proceso adaptativo en el cual tomar todas las precauciones posibles para preservar su existencia y combatir el miedo que le invade.

Este miedo es parte de la vida contemporánea y dentro de la comunidad en un área urbana, el sujeto vive en un constante estado de emergencia que tristemente ahora se vive como normal, sin importar cuan estratégicamente se haya distribuido el espacio con fines de conseguir esa seguridad perdida sabemos que nunca estaremos seguros.

El concepto de sociedad que nació con la creación del oficio de cada miembro, como una cooperación y estableciendo la necesidad del otro y de su habilidad se reduce ahora a la vida urbana que hoy se entiende como un asunto ambivalente, el concepto de mixofobia[4] reúne la descripción de una coexistencia que nos asusta a la que es imposible acercarse por la perturbadora gama de estilos y tipos que comparten nuestro espacio.

Esta experiencia de inseguridad es definida por Bauman, como una experiencia que se entiende en la combinación de la inseguridad desde la posición del sujeto, de la incertidumbre de la continuidad del sujeto y de la desprotección sentida en el propio ser y sus extensiones.

Este sujeto carga un gran peso, es preciso que la vida se equipare a la muerte y es posible que necesite correr riesgos innecesarios para enfrentar ese miedo para vivir ese momento crucial, por ello dentro de sus prioridades no esta el desgarrarse el alma por un solo amor o perder el tiempo tratando acercarse al prójimo.

Las terapias actuales deben adaptarse a estos nuevos vínculos humanos del mundo fluido, el paciente cuyo tiempo es reducido y cuyos problemas van más allá de un aparente cinismo, es más bien un ser vacio que en consulta ya no se pregunta o cuestiona por su existencia sino más bien exige una solución precisa para su malestar.


- [1] BAUMAN Zygmunt, Amor Líquido, CFE, Buenos Aires, 2003, pg 19.

[2] Expresión en idioma ingles, que se usa coloquialmente para referirse a una persona que llama a un/a amigo/a solamente para tener sexo.

[3] BAUMAN Zygmunt, Modernidad Líquida, CFE, Buenos Aires, 2000, pag. 127.

[4] BAUMAN Zygmunt, Modernidad Líquida, CFE, Buenos Aires, 2000, pag. 170.

VAsQUEZ Roca, Adolfo, Modernidad líquida y fragilidad humana; de Zygmunt Bauman a Sloterdijk en http://www.margencero.com/articulos/new/modernidad_liquida.html, 2009.

Expresiones urbanas, http://www.urbandictionary.com/define.php?term=booty%20call

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