martes, 25 de octubre de 2011

Noches de Histeria

La histeria consume mi mente poco a poco
como si fuera el ardiente calor de una llama
que va quemando la piel y sus tejidos
en medio de los gritos de terror
y dolor de su victima.
Al hacerlo no solo destroza mis adentros
también todo a mi alrededor,
veo como este monstruo
de rostro aparentemente inocente,
desentendido del daño que hace
pero perversamente consciente y orgulloso,
busca lo que le gusta, busca aquello de lo que se alimenta,
enloquecerme y enloquecer a los demás.
Se alimenta de atención toda, nunca es suficiente,
se complace en el drama, las lágrimas no son su límite,
su esencia es su camaleonica capacidad de andar
por la vida con el traje que mejor le luzca a sus fines.


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