viernes, 10 de diciembre de 2010

Guía del espectador impotenteII

Una vez ame a una mujer muy feliz y fui muy feliz,

Una vez ame a una mujer cuya alegría escondía un enorme vacío y mucho dolor,

Una vez ame a una mujer cuyo vacio y dolor lleno mi existencia,

Una vez ame a una mujer cuya amargura escondida transformo mi alegría,

Una vez ame a una mujer que me robo la alegría y desapareció con ella.

Despertar y darte cuenta de que no está más contigo no es posible, porque es un proceso, se va de a poco sin que te des cuenta, cada día pierdes un poquito, al principio no se nota, después algo falta y cuando no queda nada te preguntas que sería lo que estaba aquí? Algo luce diferente pero no sabes que es hasta que te sorprendes llorando debajo de las cobijas en la noche cuando deberías estar soñando, cumpliendo inconscientemente tus deseos.

Hace ya varios años una niña de grandes ojos llenos de brillo y sonrisa generosa bailaba alegremente en medio de todos, hoy es una adulta sus ojos son pequeños, opacos y vacios, hace años que ha dejado de sonreír.

Tú que estas allí afuera sin entender que sucedió imagina que saltas sin cesar para alcanzar un globo que algún día tuviste entre tus manos, después de tanto intentarlo te llenas de frustración al saber que mientras más saltas más lejos esta ese globo, te sientes más cansado y vas perdiendo el objetivo de saltar y saltar.

No hay perdida más grande en la vida, que la perdida de la pasión por ella, cosas evidentes se vuelven incomprensibles, dicen que este ser deprimido va creando su mundo, su mundo alterno desprovisto de objetivos donde ser positivo no es más que un sarcasmo, es una burla cruel pensar que el sol un día va brillar, que la vida un día va a tener algún sentido porque el mañana es simplemente un montón de horas más para sentirse miserable por no poder ser feliz.

Es una capacidad perdida, no preguntes como o porque, simplemente no es posible, no existe, tus palabras no tienen sentido, se escuchan bien pero en esta extraña y distante realidad son huecas carecen de significado, tu consejo se escucha demasiado sencillo de lo que en realidad es pero imposible de seguir.

Muchas causas podrían explicar esta ausencia de esperanza, el problema debe tener varias razones lógicas que calmen tus dudas: tal vez su organismo no está funcionando como debería, tal vez su dolor empezó muchos años atrás y ni tu ni él lo notaron, tal vez fue aquel día en que todo salió mal, quizá sea el epítome de todos sus fracasos o fue por aquella vez en que rompieron su corazón pero seguramente esa razón que estas buscando, hoy resulta vana ante lo que está sintiendo ahora.

Yo se que incansablemente buscas en tus pensamientos una solución posible algo que te ayude a ayudarle, tu causa parece perdida porque cada vez que te acercas recibes un rechazo, una respuesta que hiriere tus buenas intenciones, no te rindas cada intento le hace saber que le importas no escuches lo que te diga porque en el fondo el mensaje que dejas es “aun estoy aquí para ayudarte todavía tienes valor para mí”.

La falta de deseo, ese deseo que a veces es siniestro pero que mueve al sujeto, a la existencia misma, solo conduce a un camino, al tanatos, tal vez lo más duro de este camino es enfrentar a este fantasma que se hace tentador para la persona sin pasión, de pronto tu agotadora misión se torna aun más dura, son pequeñas señales las que puedes dejar junto a ella, no pierdas ninguna oportunidad que tengas para hacerlo porque eso significaría un poco de esperanza en aquella escasez.

Tú que no tienes la realidad dividida en dos, que eres capaz de ver un futuro, mantén la calma, busca toda la ayuda que necesites porque lo puedes hacer y no descuides tu propio bienestar, mantén las ganas, mantén la fe, porque llegara un día que ella volverá de aquel mundo y las cosas serán como antes o tal vez mejor porque quien sobrevive a su propia muerte valorara más que nadie la vida.

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